2.11.10

Albricias


No me resisto a colgar la columna que el jueves pasado publicó Toni Losantos en el Diario de Teruel. Son tan escasos estos ánimos que hay que cuidarlos con esmero.

Del asombro
por Toni Losantos

Podía haber titulado "De la admiración", pero el asombro quizá sea más natural, o menos sospechoso. Para terminar pronto: lo que Antonio Castellote lleva entre el magín y las manos es asombroso. El lector que esté al cabo pensará que lo digo por la publicación de otro libro suyo, Geórgicas, donde recopila tres relatos, uno extenso –"Los toros en invierno", finalista un día del Premio Maestrazgo de novela corta– y dos breves, intensos como un latigazo, que ahora he releído preguntándome otra vez por las exigentes cualidades de la prosa de Antonio –la selección, la precisión, la naturalidad–, pero no lo digo exactamente por ese libro, aunque también, sino por un extraño, asombroso lugar al que el título recién aparecido me ha llevado: otras "geórgicas" que el turolense, como un titán, está recomponiendo en hexámetros castellanos sobre el original clásico, en latín, del divino Virgilio.

He sacado de su blog –esas exquisitas "Bernardinas" que a veces se asomaban a este periódico– más de veinte páginas de apretados, magistrales –vaya: asombrosos– hexámetros. Lo que allí leo no solo me acerca con sedoso ritmo a un Virgilio que yo desconocía, distinto de los épicos fragmentos de la Eneida y de la prístina armonía de las Bucólicas –estas de siempre mi lectura favorita del mantuano–. En una confidencia letraherida, me habló Antonio este verano de su lucha con el idioma, del reto del extenso y exigente poema, parte del cual ahora, semanas después, leo con asombrada delectación.

Poesía práctica, hablan las Geórgicas de los dones del campo: el color de sus suelos, el fruto de sus plantas, el provecho de sus rebaños. Una rústica sabiduría, inmensa y olvidada, que puesta así, en rítmica sintaxis, muestra un empeño que no parece de este mundo. Y no lo es. ¿Qué ha movido a Antonio, qué necesidad tenía de enfrentarse a esos dos millares de hexámetros? Me asombra doblemente: por su decisión y por el resultado. Virgilio y su traductor cantan a la tierra en versos celestiales.

4 comentarios:

  1. Antonio, ven a Teruel, que te necesitamos aquí. Yo cuidaré de tu perro y te serviré los cafés para que puedas escribir y traducir.

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  2. Se lo he comentado a Güino y está de acuerdo, así que te tomamos la palabra.

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  3. Merecidos y justos elogios los que te dedica Losantos.

    Un abrazo, Antonio

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  4. Anónimo10:25 p. m.

    El bueno de Toni me ha quitado las palabras de la boca.

    ¡Que mas quisiera!, yo. No me se ocurren palabras tan acertadas como las que hila Toni; como mucho balbuceo la estupefacción que me produce ese uso del idioma tan exquisito como para escribir con texturas y aromas, con sensaciones y sombras de sueños.

    ¡Eres muy bueno Antonio!

    Si el Evaristo te pone los cafés yo me pido escanciar el azucarillo en la taza y, de paso, espolvorear de azucar la mesa.

    JCarlos

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