7.10.11

Preparativos del polvo


Geórgicas, III, 123-137

Con estas precauciones, a su debido tiempo,
se aplican a engordar de recio sebo a aquél
al que eligieron jefe y nombraron semental
de la yeguada; siegan hierba fresca, les echan
farro y agua del río, no sea que no puedan
con la tierna faena, y las crías arguelladas
conserven de sus padres el ayuno. En cambio,
a las hembras las rinden adrede y adelgazan,
y, cuando el deseo ya catado echa de menos
los primeros encuentros, les quitan el forraje
y lejos de las fuentes las mantienen. Incluso
las cansan a correr y las fatigan al sol
muy a menudo, cuando las eras gimen graves
con las trilladas mieses, cuando al viento Zéfiro,
que entonces nace, pajas arrojan vanas.
Hacen esto a fin de que la mucha gordura
no embote los terrenos genitales y el surco
se atasque y remanse, sino que la semilla
tomen sedientos y hundan bien en su interior.

2 comentarios:

  1. Qué maravilla, como siempre, cómo se disfruta y relame la palabra con su sonido y en su sentido. Sigue, por favor.

    ResponderEliminar
  2. Murcia tiene razón y hago mío su deseo.

    Tus escritos sobre equinos y tal me traen a la memoria la feria de ganado de Cedrillas. Estuve el pasado sábado, en su 119 edición, y me quedé prendado de uno de los pocos caballos que se exhibían. No me sorprendió la escasez de cabezas de ganado expuestas porque ya era de esperar, pero me agobiaron los más de 500 puestos de mercadillo que constituyen el grueso de dicha feria todavía llamada de ganado...

    ResponderEliminar