24.11.12

Lana


Geórgicas, III, 384-393


Si a esquilar la lana te dedicas, lo primero
evita matorrales escabrosos, guárdate
de abrojos y lampazos, huye del pasto gordo;
sin tregua las blancas ovejas escoge
de sedosas vedijas. Pero si el carnero,
por más que blanco sea, tiene la lengua negra
debajo del mojado paladar, elimínalo,
no vaya a ensuciar el vellón de las crías
de máculas negruzcas, y búscate algún otro,
que el campo está lleno. Pues así te sedujo,
mediante una ofrenda de nívea guedeja,
Pan, el dios de la Arcadia (si hemos de creerlo),
llamándote, oh Luna, al interior del bosque,
y no te resististe tú al que te llamaba.

                                     *

     Si tibi lanitium curae, primum aspera silua
lappaeque tribolique absint; fuge pabula laeta;
continuoque greges uillis lege mollibus albos.
illum autem, quamuis aries sit candidus ipse,
nigra subest udo tantum cui lingua palato,
reice, ne maculis infuscet uellera pullis
nascentum, plenoque alium circumspice campo. 
                       munere sic niueo lanae, si credere dignum est,
                       Pan deus Arcadiae captam te, Luna, fefellit
                       in nemora alta uocans; nec tu aspernata uocantem.

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