Geórgicas, III, 384-393
Si a
esquilar la lana te dedicas, lo primero
evita
matorrales escabrosos, guárdate
de
abrojos y lampazos, huye del pasto gordo;
sin
tregua las blancas ovejas escoge
de sedosas
vedijas. Pero si el carnero,
por más
que blanco sea, tiene la lengua negra
debajo
del mojado paladar, elimínalo,
no vaya
a ensuciar el vellón de las crías
de
máculas negruzcas, y búscate algún otro,
que el
campo está lleno. Pues así te sedujo,
mediante
una ofrenda de nívea guedeja,
Pan, el
dios de la Arcadia (si hemos de creerlo),
llamándote,
oh Luna, al interior del bosque,
y no te
resististe tú al que te llamaba.
*
Si
tibi lanitium curae, primum aspera silua
lappaeque tribolique absint; fuge pabula laeta;
continuoque greges uillis lege mollibus albos.
lappaeque tribolique absint; fuge pabula laeta;
continuoque greges uillis lege mollibus albos.
illum
autem, quamuis aries sit candidus ipse,
nigra subest udo tantum cui lingua palato,
reice, ne maculis infuscet uellera pullis
nascentum, plenoque alium circumspice campo.
munere sic niueo lanae, si credere dignum est,nigra subest udo tantum cui lingua palato,
reice, ne maculis infuscet uellera pullis
nascentum, plenoque alium circumspice campo.
Pan deus Arcadiae captam te, Luna, fefellit
in nemora alta uocans; nec tu aspernata uocantem.
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