19.5.13

Abejas despistadas



Geórgicas, IV, 103-115

Mas cuando los enjambres vuelan desconcertados
y juegan por el aire y descuidan los panales
y dejan las colmenas frías, no las dejes que entreguen
sus ánimos volubles a vanos pasatiempos.
Tampoco cuesta mucho el impedirlo: tú arráncales
las alas a los reyes; cuando ellos titubean
ninguna se echará a volar al alto cielo
y no levantarán del campo las banderas.
Los huertos perfumados las llamen con sus flores
de color de azafrán, y con falce de leña
la custodia de Príapo el Helespontíaco
proteja de las aves, guarde de los ladrones.
Aquel que se dedique a tales menesteres,
él mismo ha de plantar los laureles silvestres
y el tomillo que traiga de las altas montañas
todo alrededor de las colmenas; él mismo
con el duro trabajo se agrietará las manos,
él mismo ha de poner las plantas más feraces
en tierra y regarlas con la lluvia amiga.

1 comentario:

  1. Anónimo12:35 a. m.

    No sabía eso de cultivar las plantas que más les gustan a las abejas en torno a las colmenas, pero tiene mucho sentido. ¡Cuanto se aprende con estos romanos!

    JCarlos

    ResponderEliminar