Es frecuente que un pintor escriba bien. El pintor sabe mirar la vida en sus detalles, y desde luego detesta las pinceladas innecesarias porque sabe que son siempre la prueba de alguna limitación. El pintor está más acostumbrado a detectar la filfa, la falta de sustancia. El pintor sabe dónde hace falta más luz, sabe cómo sombrear la tristeza sin necesidad de mencionarla. Solana fue un prosista extraordinario, de lo mejor de su tiempo, del mismo modo que ahora lees los Cuadernos de África de Miquel Barceló y la sensación de estar ante poesía de primera calidad es inmediata.
Uno de estos pintores que escriben como los ángeles es Ramón Gaya, que acaba de morir. Sus ensayos sobre Velázquez (editorial Pretextos) nos transportan a un tiempo luminoso, a esa espléndida prosa oral que practica Juan Ramón en sus Españoles de tres mundos. Ramón Gaya también se beneficia de la nitidez orteguiana de quien piensa por escrito, poco a poco, dándole la vuelta a lo que se acaba de decir, y que yo siempre he pensado que Ortega, en el fondo, tomó de Unamuno. Es ese ritmo fluvial de lo hablado, como un acento peculiar que a Gaya le saliese sin querer. Las metáforas no se piensan: salen cuando quien escribe menos se lo espera; igual que las pinceladas geniales no se calcan ni se miden, sino que surgen porque de pronto una mano las encuentra.
Me he acordado de una cosa suya que leí sobre una de las gotas de agua que caen de la vasija del aguador en el cuadro de Velázquez. Ramón Gaya viene a decir que Velázquez se tomó la molestia de pintar un cuadro alrededor, pero que el cuadro es la gota, la vida es esa gota, la profundidad y el todo y la nada están en esa gota. Fui al museo a mirar la gota, cómo no, y me quedé pasmado. Era verdad. El cuadro era del siglo XVII, pero la gota se acababa de derramar, aún se deslizaba por el barro, era la esencia del muchacho y del viejo, lo que los mantenía vivos, lo que los describía y los explicaba y los defendía, lo que los hacía seres iguales a nosotros. El pintor Gaya supo ver esa gota, y el escritor Gaya supo explicarlo de manera inmejorable.
20.10.05
Gota
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Gracias por colgar la foto del cuadro, era la única manera de mejorar una bernardina tan buena.
ResponderEliminarDisfrutamos mucho con tu blog.
Sigue como hasta ahora.
Besos desde Huesca.