19.4.06

Jeringa


La televisión que mañana empieza debe de tener, por lo que ha dicho su director general, una infraestructura técnica tan potente que las imágenes no se envían sino que se inyectan. En todas las entrevistas que le he leído aparece la misma palabra: “Vamos a inyectar imágenes”, “las cabeceras de comarca inyectarán imágenes”, etc. Como en ninguno de los casos especifica dónde las van a inyectar, si en los ojos de los televidentes o en las venas de los aparatos, uno se asusta porque en otras televisiones autonómicas esas inyecciones son potentísimos anestésicos que se administran sin tasa ni conocimiento. En Telemadrid hay un presentador de informativos, algo así como el primo de la familia Adams, que sale todas las noches con una jeringa y si no estás listo con el mando te clava en la pupila un compuesto químico de propaganda y mala leche que te deja tieso hasta el día siguiente. En otras autonomías las clavaban en los corazones purulentos, aunque por regla general el jeringazo es de deportes tradicionales, coros y danzas tradicionales, oficios tradicionales y otros aspectos de la doctrina religiosa obligatoria en que se han convertido las regiones geográficas.
Pero también puede ser al revés. Serán las comarcas las que inyecten sus imágenes en el tubo del gotero del espíritu nacional. Este punto parece ser muy importante. Los políticos entrelazan mucho los dedos cuando lo explican y dicen que hay que “fomentar el sentir aragonés”, de modo que las inyecciones de imágenes no sean anestésicas sino todo lo contrario, hiperestésicas y con la yugular hinchada. En esa yugular de las emociones gregarias es donde van a inocular un cultivo de aragonesismo que si, como dicen, no le costase un duro al erario público me parecería tan legítimo como cualquier otra campaña de propaganda. Pero en las televisiones políticas tarda poco en manifestarse el virus de la megalomanía y todo acaba costando un huevo que religiosamente pagan los televidentes activos, los que se chutan patria y se intoxican porque quieren, pero también los televidentes pasivos, los que pagan con sus impuestos las intoxicaciones de los demás.

DDT, 20 de abril de 2006,
un día antes de que empiecen las emisiones
de Aragón Televisión

2 comentarios:

  1. Anónimo9:19 p. m.

    Un paloteado de Boltaña estaría bien para empezar.

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  2. Anónimo11:02 a. m.

    Hablar de “inyectar” imágenes tratándose de una cadena pública, me parece como mentar la soga en casa del ahorcado. Me hablan de televisión de Aragón y tengo una sensación casi física de que ya me están chupando la sangre. En breve se convertirá en el agujero negro en que se convierten todas las cadenas públicas así que mejor nos vamos familiarizando con la jeringa.
    O quizá mejor para este ánimo comatoso de contribuyente buscar alguna cosilla de que alegrarse, aunque sólo sea porque algunos profesionales, además de su buen hacer, ahora van a contar con medios (el fin ya mejor dejarlo estar).
    Nada. Me sigue dando mal rollo…

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