23.12.05

Línea

Una exposición en el Cuartel del Conde Duque conmemora los diez años de la muerte de Julio Caro Baroja. En este tiempo, los carobarojianos hemos pasado de la admiración al fetichismo, y recopilamos libros de don Julio y todo aquello que esconda un dibujo, un cuaderno de campo, un cuadro festivo, un croquis a tinta china. Ahora están colgados de las paredes, como las obras de arte.
Es posible que muchos de ellos sólo sean ocios de humanista, pero la verdad es que reúnen las dos condiciones que exigimos al arte: que sea inconfundible y que trascienda. El patio emparrado de Grazalema que Caro dibujó a plumilla en 1951 guarda toda la mística de la sencillez y del detalle: todas las tejas con su línea, todas las hojas con su pequeño óvalo, todas las sombras con sus rayas prietas y todas las losas del suelo con su silueta de piedra real. Hay unos palos finos sobre los que la parra se acuesta en los que Julio Caro no pasa por alto ningún nudo, ninguna rebaba, ningún síntoma de vida.
Pero dónde está lo inconfundible. Por qué sé que esas tejas son las tejas verdaderas que pintaba don Julio, por qué siento en esos dibujos tan simples, en esas esquinas desconchadas, en esa silla de enea el sagrado respeto hacia los protagonistas que viven en la casa del pueblo. En qué línea está el cariño dibujado, qué detalle sólo sería posible visto por un espíritu libre, si todos son tan fieles a la verdad.
Todo está allí, y mi fetichismo se ha ido convirtiendo en reflexión estética. No es sólo su inmensa sabiduría ni su rigurosa independencia. Hay algo más, el rigor de la mirada limpia, la interpretación cabal de un sentimiento que si se nombra se traiciona.
En la exposición pueden verse también unos dibujos que Julio Caro hizo cuando tenía ocho años, cinco viñetas que cuentan la historia de cómo los españoles ayudaban con alimentos y dinero a unos rusos que pasaban hambre. En los carros que dibuja ese niño y en los burros, en los monigotes y en los rusos flacos y en los rusos gordos ya está la huella, y ya está la poesía. Eso también tiene algo que ver con el arte.

3 comentarios:

  1. Bajo la gabardina de Don Julio me siento más protegido que ayer y por ende......

    Felicidades!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Egonauta

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  2. Felicidades también para ti, Egonauta, y para todos los que entráis en este cuarto sin calefacción. Aprovecharemos las fiestas para echar más leña, a ver si en el 2006 entramos en calor.

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  3. Anónimo6:32 p. m.

    Entraremos en calor, no se apure. Amenazan con un enésimo centenario de la Guerra Civil.
    Felicidades por su blog.

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