19.11.06

Partenón


¿Debería el British Museum restituir a Grecia las esculturas del Partenón que el embajador lord Elgin se llevó a Inglaterra a principios del siglo XIX? Naturalmente que no, y el día que lo haga me parecerá un signo de decadencia irreversible, un expolio que nuestra propia cultura perpetrará contra sí misma.
Si la cultura europea, la que nació en la antigua Grecia, ha sobrevivido no es gracias a los griegos, y cuando digo los griegos me refiero a la gente que ha vivido en esa tierra tan convulsa, frontera caliente durante siglos entre lo que ahora consideramos Europa y el imperio Otomano. Si uno mira la lista de revoluciones, guerras civiles, pronunciamientos y algaradas que tuvieron lugar en Grecia después de que lord Elgin se llevara las esculturas, a uno le alivia que se las llevase, sin necesidad de recordar que la democracia fue restituida en Grecia gracias a los ingleses, no a los antiguos griegos.
“Pero es que ahora Grecia ya es un país democrático y tal y cual”. Muy bien, ¿y qué? Yo no leo a los antiguos griegos gracias a los modernos griegos sino a los anglosajones, a su maravillosa Bibliotheca Loeb, a las inmejorables ediciones de Oxford, al grandioso diccionario de Liddell y Scott, a los eruditos comentarios de Walbank. Grecia tiene, desde siempre (desde entonces también, que tampoco era una malva) la mala suerte de estar en unas coordenadas geográficas inquietantes. Lo mismo le sucede a España. Somos países de sutura, culturas acaloradas. Y eso, tarde o temprano, se acaba filtrando. Los ingleses ven cómo el alcalde de Segovia autoriza tapar el Acueducto con una mole de cemento, o el de Toledo cómo firma una urbanización de acosados para tapar las vistas del Greco, y piensan que, si tuviesen un partenón español, tampoco lo devolverían. Empiezas votando a un alcalde sin escrúpulos y acabas como los budas de Bamiyán.
En la historia moderna de Europa hay tres países que se han ocupado como es debido de mantener el legado griego: son Inglaterra, Alemania y Francia, o, dicho en metonimia, Oxford, Teubner y Budé. Para mí Grecia no es lo que hay en Grecia, sino lo que leo en los libros ingleses y veo en los museos de Inglaterra. Grecia no tiene por qué estar en un país que ya tiene bastante con conservar lo que no se perdió del todo. Grecia está en un busto de escayola que tengo en mi estudio. Un busto inglés, por supuesto.

P.S.: Una información completa y algo más seria de la discusión la encontrarás en
esta página de la BBC.

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