19.1.09

Geórgicas II, 2

2. Propagación de los árboles, vv. 9-34
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.Varia es Natura en la crianza de los árboles,
pues germinan unos de espontáneo modo
sin que el hombre los ayude, y colman adunia
los ríos sinuosos y los campos, como sucede
con el mimbre cimbreño y la retama pegajosa,
el chopo y el sauce de follaje verde y cano;
otros más bien brotan de semillas esparcidas,
como los altos castaños y el roble de Júpiter,
el más frondoso de los bosques, y las encinas,
que se tienen por oráculos entre los griegos.
Densa mata en otros desde la raíz pulula,
como pasa con los olmos y con los cerezos;
y también de pequeño el laurel del Parnaso
se cobija bajo la gran sombra de la madre.
Estos métodos nos dio Natura en un principio,
por ellos verdea todo género de selvas,
de bosques sagrados y de árboles frutales.
Otros hay que encontró el uso en su camino:
el uno plantó esquejes en los caballones
desgajándolos del tierno cuerpo de la madre,
el otro entierra vástagos en el sembrado,
varas hendidas en cruz, estacas puntiagudas.
Otras plantas piden los mugrones en acodo
doblegados, vivos en la tierra sus planteles.
Otras ni raíces necesitan, y el podador
si hay que poner puntas de ramón no titubea,
y de ese modo devolverlas a la tierra.
Hasta en los troncos cortados, hecho asombroso,
de un leño seco brota una raíz de olivo;
y a menudo vemos convertirse sin peligro
las ramas de unos árboles en las de otros,
y el peral mudado dar manzanas injertadas
y encarnarse todo de ciruelas el durillo.
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Copio también aquí el fragmento correspondiente de la que pasa por ser la mejor traducción de las Geórgicas, la de Miguel Antonio Caro.
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En modos diferentes, lo primero
por virtud natural las plantas brotan.
No de humanas industrias obligadas,
mas por sí vienen unas, y a lo largo
campos invaden y errabundos ríos:
así el ligero mimbre, y las flexibles
retamas; así el álamo, y el sauce
de verdicanas hojas coronado.
De yacentes semillas nacen otras:
los castaños erguidos,
y el ésculo, gigante de los bosques,
a jove dedicado, y las encinas,
cual oráculos ya de Grecia honradas.
Otras por la raíz se multiplican
en densa muchedumbre de renuevos:
olmos, cerezos, y el laurel de Apolo,
que tierno se alza a la materna sombra
del tronco protector. Sabia Natura
desde era inmemorial por modos tales
al nacer de los árboles preside,
cuantos la tierra pueblan,
agrestes selvas y sagrados bosques.
Allende de esto hay árboles que trajo
oficiosa experiencia a su servicio.
Uno en surcos renuevos deposita
que a la cepa matriz su mano saca;
otros ramas entierra,
ya trozo herido en cruz, ya aguda estaca.
Tal árbol hay montés, que si rastreros
los vástagos le encorvas, toma creces,
y gozoso propaga
hijuelos vivos en su propia tierra.
No piden otros árgoles raíces,
Y viose al podador sembrar mil veces
puntas de ramas, y brotar felices;
y mil veces también (aunque imposible
referirlo parezca) por pedazos
plantósse un tronco, y germinar fue vista
la olivosa raíz del seco leño.
Y de un árbol los ramos,
el orden natural violando impunes,
en los de otro mudarse contemplamos:
trocadas peras el manzano injerto
por suyas muestra, y al cornejo duro
ves de ciruelas rojear cubierto.

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