6.6.13

Panteísmo


Geórgicas, IV, 219-227

Por señas como estas, según estos ejemplos,
algunos afirmaron que una mente divina
asiste a las abejas, y que beben del aire;
pues el dios va y viene por la tierra entera
y por el ancho mar y por el hondo cielo.
De aquí rebaños, bestias, hombres, razas salvajes
y cualquier criatura sus vidas delicadas
reciben al nacer; y a él vuelven después,
por supuesto, y todo disuelto se reintegra
y no hay lugar para la muerte: antes vuelan
vivos entre estrellas y alturas celestiales.

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