Geórgicas, IV, 88-102
Pero
cuando a los jefes de entrambos escuadrones
los
hayas separado, al que veas peor,
a
ese dale muerte para que no estorbe;
que
reine el mejor en la corte vacante.
Uno
tendrá encendida la color, recamado
con
máculas de oro; pues son dos las especies:
el
mejor, de aspecto distinguido y bello
con
escamas brillantes, y el otro, desastroso,
que
arrastra sin gloria el vientre amorcillado.
Al
igual que son dos las caras de los reyes,
del
mismo modo son los cuerpos de la plebe.
Porque
unas son feas e hirsutas, como tierra
que
escupe el viajero por la boca reseca
cuando
sale de una espesa polvareda;
y
otras son lustrosas y brillan con fulgor,
radiantes
como el oro, los cuerpos salpicados
de
gotas parecidas. Esta casta es mejor,
de
aquí sacarás, a su debido tiempo,
la
dulce miel, que no dulce ya sino fluida
el
áspero sabor rebajará del vino.
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